El mercado ciclista contemporáneo es ruidoso, concurrido y cada vez más homogéneo. Todxs persiguen la misma estética, el mismo lenguaje, la misma visión de un futuro impulsado por el pedal.

Raleigh tuvo que elegir entre perseguir las mismas tendencias que lxs demás y transformarse en algo completamente irreconocible, o, por el contrario, reafirmar su herencia y arriesgarse a parecer más enfocada en el pasado que en el futuro.

No obstante, nos negamos a aceptar la idea de que la herencia de Raleigh y su presente fueran mutuamente excluyentes. Para nosotrxs, la pregunta no era decidir si perseguir uno u otro, sino más bien cómo hacer que esa historia fuera relevante en este momento.

Trabajando en estrecha colaboración con Raleigh, buscamos descubrir una identidad que llevará su marca hacia adelante, manteniéndose fiel al ADN que la había impulsado.

Como marca de ciclismo con herencia, Raleigh no se trata del pasado o del futuro. Se trata de la experiencia de moverse por una ciudad en dos ruedas; la sensación de vivir auténticamente el presente.

De esta manera nos dimos cuenta de que Raleigh es una marca que elige su propio camino.

Esa filosofía guió cada aspecto de la transformación de Raleigh. La identidad visual que creamos fusiona lo antiguo y lo nuevo sin problemas, con un estilo que llamamos “herencia moderna”.
 
Modernizamos el logotipo, devolviendo el icónico pájaro garza (un detalle que muchas marcas habrían retirado discretamente) a un lugar prominente. La paleta de colores hace un guiño a la historia, pero destaca en pantalla. La tipografía y el lenguaje visual transmiten personalidad y audacia sin renunciar su reconocimiento.

El resultado final se siente familiar, pero no anticuado. Es fresco, pero no parece que se esfuerce demasiado.

La pieza central de la campaña que presentaría la identidad renovada de Raleigh fue la bicicleta eléctrica Raleigh ONE. Este nuevo producto encapsuló perfectamente una marca inspirada en el legado y profundamente conectada con el presente.

Para el lanzamiento de la Raleigh ONE, trabajamos con un talentoso equipo de colaboradores externxs que elegimos basándonos en su capacidad para abrazar “el ahora” a través de su comprensión de la cultura actual.

• Nuestro fotógrafo, Cas Kerssens, realizó la campaña utilizando su estilo único, que combina técnicas de movimiento, encuadres dinámicos y narrativas fuertes para crear un trabajo que se siente cinematográfico y realista a la vez.
• Nuestro director,  Kelvin Jones, aplicó su estilo visual crudo y emocional para crear una película que posicionó a la bicicleta eléctrica como algo más que una simple solución a un problema imaginario.

El resultado final sigue a la Raleigh ONE mientras se mueve a través de barrios, estilos, culturas y épocas, tratando a la ciudad misma como un lienzo dinámico y a la bicicleta como una participante en la vibrante vida urbana.

Esto no es solo una actualización de logotipo con algunas guías de estilo. Es un sistema de marca completo que extiende el posicionamiento en “tiempo presente” a todos los aspectos de la marca, incluyendo cómo se ve, cómo se comunica y (por supuesto) cómo se mueve.

Al construir esta identidad para que escalara pero a la vez manteniéndola firmemente arraigada en la especificidad, ayudamos a Raleigh a posicionarse de manera poderosa y consistente en todos los canales.

Para una marca que ha existido durante 138 años, es una renovación que se siente tan distintiva como honesta. No mira hacia atrás. No intenta predecir el futuro. Simplemente avanza con carácter, confianza y un claro sentido de sí misma.